Un nuevo desmentido del mito perdurable del liberalismo norteamericano puede encontrarse en: Burton A. Abrams, The Terrible 10. A century of economic folly, The Independent Institute, 2013. Estas son sus diez pruebas: 1) La Ley Seca; 2) la política monetaria en la gran depresión; 3) el arancel proteccionista Hawley-Smoot de 1930; 4) la Seguridad Social de 1935; 5) la voracidad y múltiples distorsiones del sistema tributario; 6) Medicare y Medicaid, un esquema Ponzi aún más oneroso que la Seguridad Social; 7) el ciclo económico-político de Nixon-Burns, o cómo crear una década de inflación, y el manejo político de la supuestamente independiente Reserva Federal; 8) el delirante intervencionismo ecológico; 9) la gran recesión, el estar en manos de genios como Ben Bernanke, que negó la existencia de una burbuja inmobiliaria cuando la tenía delante de sus narices, y el creciente intervencionismo regulador en un mundo pretendidamente desregulado; 10) la explosión del Estado o el paso del sueño americano a la pesadilla antiliberal. ¿Por qué gana el intervencionismo? El doctor Abrams presenta estas conjeturas: grupos de interés; paternalismo; el peso de las mayorías; la obsesión por el corto plazo; la ignorancia de los políticos; y que todas las ideas antiliberales al principio parecen razonables… Y lo que advirtió el presidente W.H.Taft: “Ninguna tendencia de la naturaleza humana es tan vigorosa como el deseo de regular la conducta de los demás”.
(Artículo publicado en La Razón.)