Un lustro después del primero, aparece en Espasa el segundo volumen de Los enemigos del comercio, de Antonio Escohotado, que abarca desde finales del siglo XVIII hasta comienzos del XX. Es una obra extensa e irregular, pero interesante en su enfoque general (“una historia moral de la propiedad”) y su análisis de las mentiras de los socialistas “de todos los partidos”, siempre prometiendo el paraíso y despotricando contra la libertad y sus instituciones, especialmente la propiedad privada y los contratos voluntarios. Empezaron en el siglo XIX los conatos para organizar comunas donde la malvada propiedad privada no existiera. Pero sin propiedad no puede haber libertad, y ya los sueños intervencionistas decimonónicos contemplaron desde el comunismo hasta el control democrático minucioso de la dieta de las personas “para prevenir tanto al desnutrido como al adiposo”.
Colapso liberal
Es deprimente y certero el relato de lo que Escohotado llama “el colapso del liberalismo inglés”, que llevó a que los socialistas moderados como los Webb o Bernard Shaw terminaran saludando a Lenin y Stalin, y negando tanto la misería como la represión criminal perpetrada por los comunistas. No comparto su rechazo al papel de la Iglesia Católica, pero me ha gustado el libro y espero ya el tercer volumen, que empezará allí donde este termina: en 1917, cuando la idea socialista finalmente tomó cuerpo y se concretó, para alegría de las élites intelectuales, y para horror de cientos de millones de trabajadores.
(Artículo publicado en La Razón.)