Leyendo una entrevista con Miguel Ferre, secretario de Estado de Hacienda, recordé al famoso sindicalista Marcelino Camacho, que siempre despotricaba contra “el gran capital”, como si el pequeño capital no explotara al proletario. En fin, sea como fuere, Ferre iba en una dirección parecida, al afirmar: “queremos aumentar la tributación efectiva de las grandes empresas”.
Buscar el apoyo popular mediante la demonización de los grandes y los ricos
Aquí parece, en efecto, que la misión del gobernante es castigar a las personas físicas y jurídicas con argumentos peregrinos pero políticamente provechosos, por ejemplo: el tamaño. Siempre puede contar el político con la simpatía popular si asegura que va a perseguir al grande, al rico, etc.
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