En su Crítica al Programa de Gotha de 1875, Karl Marx anunció que con el comunismo “correrán a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva” y “la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!”.
El gran combustible del socialismo es…
Esta consigna tuvo mucha fortuna, como corresponde a una bella noción que pulsa las cuerdas más atávicas, descansa sobre las formas de solidaridad más primitivas y que más remiten al sentido común, y permite disfrazar el más potente pero inconfesable combustible del socialismo: la envidia.
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