El ministro del Interior francés llamó “ecoterroristas” a quienes atacan obras de arte con la excusa del medio ambiente. Y cuando los jóvenes españoles Alba y Sam pegaron sus manos a los marcos de las majas de Goya, el director del Prado sentenció: “Hay formas más inteligentes de defender nobles causas”. Sin embargo, en lugar de escandalizarnos, podríamos aprender de ellos.