El avance en derechos y libertades de las mujeres ha sido considerable, gracias a Dios y al capitalismo liberal. Dentro de las pruebas del carácter reaccionario del socialismo figura, en efecto, la opresión machista de las mujeres. Lógicamente, la corrección política insiste en convencernos de lo contrario, con el bulo de que lo mejor que les podría suceder a las mujeres es limitar o eliminar la economía de mercado.